Por: Miguel Angel Trujillo

El presidente colombiano, Gustavo Petro, justificó su gesto del puño en alto en el Congreso, argumentando que simboliza la lucha histórica por la justicia social y criticando la actitud de la oposición. Su acción generó un intenso debate político.

Durante una sesión en el Congreso colombiano, el presidente Petro levantó el puño en señal de protesta, desencadenando fuertes críticas por parte de la oposición. El mandatario, sin embargo, lo defendió como un símbolo de resistencia a la injusticia.

El incidente tuvo lugar durante una acalorada sesión legislativa. Petro realizó el gesto en respuesta a los gritos de “¡Fuera Petro!” provenientes de la bancada opositora. Este episodio refleja las fuertes divisiones políticas que actualmente existen en Colombia.

El presidente explicó en sus redes sociales que el puño alzado es un símbolo de lucha histórica por la justicia social, utilizado por movimientos progresistas en todo el mundo. Citó ejemplos históricos para respaldar su afirmación, resaltando su significado como una expresión de resistencia contra la opresión.

Los gritos de la oposición interrumpieron la intervención presidencial. Petro, en sus declaraciones, calificó este comportamiento como “la mayor degradación de la política”, contraponiéndolo a sus propios 20 años de experiencia como congresista, donde, según sus palabras, nunca recurrió a insultos. Este hecho podría profundizar la polarización política en el país.

El análisis de este evento revela la creciente polarización política en Colombia. La acción de Petro, aunque simbólica, refleja la persistencia de las tensiones ideológicas y sociales que caracterizan al país. Las consecuencias podrían incluir un aumento de las tensiones políticas y una mayor dificultad para alcanzar consensos en el Congreso. La defensa del presidente de su gesto sugiere que continuará con su agenda política, a pesar de la fuerte oposición.