Por: Katherine Cruz

Jefferson Ramírez, de 31 años, está desaparecido desde el 21 de octubre en el Nevado del Tolima. Objetos personales fueron hallados cerca del cráter, mientras equipos de rescate luchan contra el clima adverso.

La comunidad de Manizales y los amantes del montañismo siguen con angustia la desaparición de Jefferson Ramírez, un experimentado alpinista de 31 años, extraviado en el Nevado del Tolima desde el pasado 21 de octubre. La alarma se encendió cuando habitantes de la zona descubrieron algunas de sus prendas y objetos personales cerca del cráter, un hallazgo que intensifica la incertidumbre sobre su paradero. Desde entonces, un operativo conjunto entre autoridades locales y equipos de rescate ha sido desplegado para localizarlo en las escarpadas laderas andinas.

Ramírez, oriundo de Manizales, es un apasionado del montañismo, cuya trayectoria lo llevó a ascender por el exigente Valle del Cócora, específicamente desde la Finca Primavera. Los equipos de búsqueda y rescate, conformados por expertos con profundo conocimiento de la compleja geografía entre Quindío y Tolima, han asumido la difícil misión. Trabajan incansablemente, enfrentándose a un terreno que combina glaciares activos y zonas de difícil acceso, en una carrera contra el tiempo y las inclemencias naturales.

El Nevado del Tolima, un imponente volcán glaciar que se eleva por encima de los 5.200 metros en el corazón del Parque Nacional Natural Los Nevados, presenta desafíos únicos para cualquier expedición. Las condiciones climáticas, con niebla persistente, nieve abundante y glaciares activos, se suman a la complejidad del terreno. Estas variables han sido históricamente factores que dificultan enormemente las operaciones de búsqueda y rescate en esta remota región andina, poniendo a prueba la resiliencia de los equipos.

Los especialistas en rescate han enfatizado que las labores se desarrollan bajo condiciones extremadamente adversas, con un clima impredecible y riesgos latentes de deslizamientos o avalanchas, lo que incrementa la peligrosidad de cada jornada. Mientras la familia de Jefferson y las comunidades locales aguardan con esperanza noticias, las autoridades han reiterado un llamado urgente a considerar rigurosamente todos los protocolos de seguridad. La montaña exige monitoreo constante, preparación exhaustiva y una alerta inquebrantable ante las eventualidades propias de su entorno majestuoso y desafiante.