Por: Miguel Angel Trujillo

Un violento atraco en el ciclopuente de la calle 80 en Bogotá cobró la vida de Alejandro Ladino, de 33 años, el pasado 30 de octubre de 2025. La comunidad y su familia exigen seguridad urgente.

Bogotá fue escenario de un trágico suceso el pasado 30 de octubre de 2025, cuando Alejandro Ladino, de 33 años, fue fatalmente apuñalado durante un robo. El incidente ocurrió en el recién inaugurado ciclopuente que conecta la Calle 80 con la Avenida Boyacá. Ladino, quien ese día cumplía años, regresaba a casa de su jornada laboral, un trayecto que se convirtió en una pesadilla. Este brutal acto ha desatado una ola de indignación y profunda preocupación por la seguridad en la capital colombiana.

Ladino se dirigía a su casa en compañía de su pareja y tres compañeros de trabajo cuando fueron interceptados por un grupo de alrededor de ocho hombres armados con cuchillos. "Pedimos justicia y que las autoridades tomen medidas inmediatas. No puede ser que un espacio público recién inaugurado se convierta en una trampa mortal", declaró un familiar a Citynoticias, expresando el dolor y la frustración. La familia y amigos del joven realizaron una velatón en su memoria, clamando por un alto a la violencia.

Los asaltantes rodearon a las víctimas, exigiendo sus pertenencias bajo amenaza. Durante el forcejeo, Ladino intentó evitar el robo de su bicicleta y celular, momento en el que uno de los atacantes le propinó dos puñaladas, una en el pecho y otra en la espalda. El hombre fue trasladado por sus acompañantes a un centro asistencial, donde lamentablemente falleció. Los delincuentes también robaron otras bicicletas y fallaron en llevarse una patineta eléctrica.

Este lamentable suceso subraya una creciente problemática de seguridad en Bogotá, especialmente en infraestructuras nuevas que carecen de vigilancia adecuada. La comunidad exige la instalación de un CAI o patrullaje permanente para garantizar la protección de los ciudadanos. La ausencia de capturas hasta la fecha, según la Policía Metropolitana, exacerba la sensación de impunidad y la urgencia de una respuesta estatal efectiva que proteja la vida de los bogotanos.