Por: karol Yulieth Lopéz león

Una empresa española imitó la identidad visual de la icónica marca colombiana Frisby, generando una ola de indignación nacional y una batalla legal internacional que culminó con el retiro de la imitación.

El caso Frisby expone la vulnerabilidad de marcas con fuerte arraigo cultural ante la apropiación indebida, incluso con registros previos en la Unión Europea. La respuesta ciudadana colombiana, sin embargo, demostró el poder de la defensa colectiva de la identidad nacional.

La disputa comenzó cuando Frisby Colombia, registrada en la Unión Europea desde 2005, descubrió que Frisby España había registrado la misma marca con una identidad visual prácticamente idéntica, incluyendo su reconocido "pollito." La falta de uso activo de la marca colombiana en Europa, un requisito legal para mantener la protección, permitió esta maniobra. El lanzamiento de Frisby España en mayo de 2025 generó confusión y controversia, llevando a Frisby Colombia a iniciar acciones legales.

Aunque no se conocen declaraciones directas de representantes de Frisby Colombia o Frisby España publicadas durante el conflicto, la presión social, impulsada a través de redes sociales y el apoyo de otras marcas colombianas, fue determinante. Esta presión pública, junto a la amenaza legal, obligó a Frisby España a realizar un cambio radical de su imagen corporativa, retirando el logo, la tipografía y la mascota, imitaciones directas de la marca colombiana, y la suspensión temporal de su programa de franquicias.

La estrategia legal de Frisby España, aunque aparentemente exitosa inicialmente, subestimó el valor cultural y emocional de la marca Frisby en Colombia. El caso evidencia la necesidad de un mayor equilibrio entre la protección de la propiedad intelectual y la consideración del impacto cultural de las marcas, especialmente en un contexto globalizado. El incidente también pone en relieve la importancia de un uso activo de las marcas registradas internacionalmente para evitar situaciones similares en el futuro. El final del conflicto, con el triunfo simbólico de Frisby Colombia, subraya el creciente poder de la opinión pública en la defensa de las identidades culturales.